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Modelo de adaptación al cautiverio de una hembra infante de gorila de planicie (Gorilla gorilla gorilla) Autores:Olvido González Castro Directores:José Luis González Castro Grado académico: Licenciatura Resumen Tesis completa Resumen: Los lazos sociales que forman los gorilas dentro de sus grupos son sumamente estrechos, lo que provoca cierta dependencia entre unos y otros, en especial entre las crías y sus madres. Un aspecto básico para mantener la estabilidad social en el grupo es el contacto fisico o corporal, el cual existe entre todos los miembros del mismo. En cautiverio si un gorila infante carece de las condiciones afectivas que tendría en vida silvestre el resultado podría ser muerte por estrés, o bien la adquisición de conductas aberrantes; siendo éstas un obstáculo para su reproducción y un fracaso en cuanto a la conservación de dicha especie. El presente trabajo, fue llevado a cabo con una hembra de gorila de planicie ( Gorilla gorilla gorilla) de tres años de edad, capturada de vida silvestre, que arrivó al Zoológico Guadalajara el 16 de mayo de 1989, procedente de Guinea Ecuatorial,Africa. El principal objetivo, fue adaptar a la hembra al cautiverio, por medio de un modelo de adaptación; que consistió en un cuidado especial, apoyado en terapias de juego y contacto fisico. Para realizar este estudio se utilizó el método de Muestra de Animal Focal, el cual se desarrolló en siete meses. Se dividió en dos etapas, dentro de las cuales se logró crear una interacción social entre ambas partes, facilitando el manejo y obteniendo como resultado, la adaptación de la hembra al cautiverio. Se ha observado que dentro del comportamiento de la hembra, no se encuentra ninguna conducta estereotipada. |
Propuesta para el manejo de los monos araña Ateles geoffroyi en el zoológico de Guadalajara, Guadalajara, Jal. México Autores:Ana Isabel González Martínez Directores:Gonzalo Elizondo Mata Grado académico: Licenciatura Resumen Tesis completa Resumen: El problema de tráfico de especies silvestres es una realidad en todo el mundo. Cada año, los zoológicas y las instancias gubernamentales reciben o decomisan una gran cantidad de animales cuya capacidad para sobrevivir en estado silvestre se ha perdido casi en su totalidad. Poblaciones sociales, como las de los monos araña, se han visto particularmente afectadas. Es necesario que se busquen soluciones acerca del manejo y aprovechamiento de estas especies, dentro de los zoológicos, para conservar estos animales e inculcar al público algunas de las posibles soluciones al respecto. La intención general de este trabajo fue la recopilación de una serie de datos que permitieran identificar los diferentes tipos de manejo que se le da al genero Ate/es en distintas partes del mundo; y la elaboración de una propuesta específica para el Zoológico Guadalajara. La metodología que se utilizó fue la aplicación de cuestionarios a diferentes instituciones, tanto en América Latina como en Estados Unidos y el Reino Unido. Los puntos que se tocaron fueron datos generales de ·los animales, alimentación, comportamiento, medicina preventiva, estructuras para albergues y comunicación y educación. La información se procesó en una base de datos (Work para Windows) y se obtuvieron porcentajes de las respuestas. Los resultados mostraron un panorama bastante amplio acerca del manejo del mono araña en cautiverio y culminaron en la elaboración de una propuesta específica para los monos araña del Zoológico Guadalajara. |
Uso del hábitat del mono araña (Ateles geoffroyi) y cobertura vegetal en un Área Natural Protegida de la península de Yucatán, México. Autores:Coral Eloisa Rangel Rivera Directores:Gabriel Ramos Fernández ,Matthias Rós Grado académico: Maestría Resumen Tesis completa Resumen: Con la finalidad de contrarrestar los procesos de degradación de los bosques y reducir la perdida global de la biodiversidad, se han desarrollado diversas estrategias internacionales, entre ellas: el aumento de la productividad agrícola en tierras abandonadas; la implementación de planes de reforestación y la creación de áreas para la protección de remanentes y/o sitios de importancia ecológica (Margules & Pressey, 2000; Lamb et al., 2005; Figueroa & Sánchez-Cordero, 2008). A nivel mundial, el 12% de la superficie terrestre se encuentra bajo algún tipo de protección (IUCN, 2005; Nagendra et al., 2012). En México, las Áreas Naturales Protegidas (ANP) terrestres y de aguas continentales ocupan el 10.6% de la superficie nacional (CONANP, 2016) y representan uno de los principales instrumentos de conservación cuyo objetivo es proteger la diversidad biológica y mantener la integridad ecológica de los ecosistemas (Ervin, 2003; Figueroa & Sánchez-Cordero, 2008). El establecimiento de un ANP se basa en la elección de áreas representativas que no han sido significativamente alteradas o que requieren ser preservadas y restauradas. Buscan contribuir a las economías locales o regionales a través de la investigación científica, la educación ambiental, el ecoturismo y la promoción de actividades económicas tradicionales (Carey et al., 2000; Margules & Pressey, 2000). A pesar de ser un instrumento de política pública ampliamente utilizado, en los últimos años se ha cuestionado la capacidad institucional de gestión y el potencial de las ANPs para representar y mantener la integridad ecológica de los ecosistemas (Margules & Pressey, 2000; Pressey et al., 2003; Rodrigues et al., 2004; Chape et al., 2005), por lo que existe una gran necesidad de evaluar su efectividad como instrumento de conservación. Los sensores remotos representan una herramienta de gran utilidad en la ecología moderna, ya que permiten la descripción, evaluación y monitoreo de hábitats, ecosistemas y paisajes (Roughgarden et al., 1991; Foody, 2003; Turner et al., 2003; Nagendra, 2001; Nagendra et al., 2012; Singh et al., 2010). El supuesto base de la aplicación de los sensores remotos en ecología es que ciertos parámetros ambientales, con propiedades biofísicas detectables de forma remota, impulsan la distribución y abundancia de las especies a través de los paisajes y determinan la forma en la que ocupan hábitats (Nagendra, 2001; Nagendra et al., 2012; Singh et al., 2010). En general, existen dos enfoques en el estudio de la biodiversidad a partir de sensores remotos. El primero es la teledetección directa de organismos, ensambles de especies o comunidades. El segundo enfoque es indirecto y se realiza a través de la elección de parámetros ambientales o índices que funcionan como aproximadores de acuerdo a ciertos requerimientos de hábitat (Nagendra, 2001; Turner et al., 2003). Una de las aplicaciones relacionadas con el enfoque directo es la detección de cambios en cobertura y uso del suelo (Land Use and Land Cover Change -LUCC- por sus siglas en inglés). Los LUCC son bidireccionales e influyen directamente sobre la integridad de los ecosistemas y el sistema humano (Lambin et al., 2001; Turner et al., 2007). Por otro lado, un ejemplo del enfoque indirecto es el uso de sensores remotos para modelar ocurrencia de especies, uso del hábitat y otros patrones espaciales. En este ámbito, la mayoría de los estudios que analizan la relación entre una especie y su hábitat utilizan métricas del paisaje (ej. FRAGSTATS) y mapas clasificados a gran escala. El uso de clases discretas (categóricas) para determinar o predecir patrones de espaciales enfrenta diversas limitaciones, principalmente la omisión de la heterogeneidad ambiental que existe incluso dentro de una misma clase, además de que dichas categorías pueden no reflejar los requerimientos ecológicos de la especie de interés. Una alternativa que permite aprovechar toda la información que un sensor remoto puede capturar, es la evaluación de ciertas características del hábitat a partir de imágenes crudas o sin clasificar para la obtención de información relacionada con la variación y la distribución espacial de los tonos de gris de la imagen, es decir, la textura (Haralick et al. 1973; St-Louis et al., 2006; St-Louis et al., 2009). Las características texturales de una imagen dependen del objeto de estudio y la resolución espacial (Haralick et al., 1973). Haralick et al. (1973) propusieron un conjunto de métricas texturales de primer (ocurrencia) y segundo orden (co-ocurrencia) que pueden ser aproximadores eficientes de la heterogeneidad del hábitat al arrojar información sobre la composición y configuración de la superficie (ej. vegetación, suelo, áreas agrícolas y/o urbanas) y su relación con el ambiente, lo que las convierte en una herramienta poderosa para discriminar diferentes características del hábitat de especies silvestres (St-Louis et al., 2006). Este estudio aborda los dos enfoques de aplicación de los sensores remotos en un Área Natural Protegida de la península de Yucatán, Otoch Ma´ax Yetel Kooh. OMYK se declaró área protegida por iniciativa de los pobladores locales, acción que estuvo influenciada en buena medida por la presencia de dos especies de primates Ateles geoffroyi y Alouatta pigra. La vegetación predominante es la selva mediana subperennifolia en diferentes etapas sucesión, lo que genera un paisaje altamente heterogéneo. En la primera parte de este estudio, y en relación al enfoque directo, se determinaron los cambios en cobertura y uso del suelo en OMYK para el periodo 2003-2015, bajo la hipótesis de que su decreto como ANP favoreció el desarrollo de la cobertura vegetal natural, mientras que la segunda parte (enfoque indirecto), tiene como objetivo determinar las distribuciones de utilización del grupo de A. geoffroyi que habita en OMYK (periodo 2013-2015) y evaluar el potencial de las métricas de textura en una imagen de alta resolución para diferenciar dichas distribuciones de utilización. |
Análisis del juego social en el mono aullador (Alouatta palliata) bajo diferentes condiciones socioambientales Autores:Norberto Asensio Herrero Directores:Joaquim Vea Baro Grado académico: Doctorado Resumen Tesis completa Resumen: En ninguno de los lugares de estudio fue posible establecer una relación del juego con las variables del comportamiento alimentario. Las diferencias en la cantidad de juego pueden explicarse por la composición según la edad y el sexo de los grupos estudiados; concretamente por el hecho de que en LIZ no existiera más que un individuo inmaduro. Por lo que concluimos que para que se produzca el juego en aulladores jóvenes es importante la presencia de otros jóvenes. La demografía no pareció ser importante en la manifestación del juego. A pesar de que las diferencias en el número de adultos entre grupos de estudio sí fueron claras, el tiempo dedicado a jugar entre adultos fue similar en todos ellos. Además, es probable que si hubiera habido un individuo joven más en LIZ, no hubiésemos encontrado diferencias en la cantidad total de juego juvenil entre los distintos grupos. No hubo diferencias en el tiempo dedicado al juego entre adultos, pero si en la manera en que distribuyeron este tiempo en función de las preferencias de juego según los representantes sociales, sexo y edad (Machos, hembras y jóvenes). De esta manera, lo que sí puede explicar la demogrdia son los porcentajes altos de juego entre animales adultos en AGA, a más animales adultos mas posibilidades de que dos individuos quieran jugar entre sí. Sugerimos que existen variables relacionadas con la imposibilidad de dispersión en AGA (familiaridad, parentesco y retención del período juvenil) que afectarían positivamente al juego. Por otro lado, también planteamos la posibilidad de que el juego entre adultos tenga funciones de cohesión, valoración social e incluso la posibilidad de que AN~ISIDSE L JUEGO SOCIAL ENAULLADORES pueda resolver conflictos relacionados con el alimento, minimizando las tensiones entre individuos y creando órdenes jerárquicos de acceso a los recursos alimentarios de manera afiliativa. Sin embargo, ninguna hipótesis es concluyente. Todo apunta a que el carácter tolerante y la variabilidad en la dieta del aullador sean suficientes para que el acceso a los alimentos se de una manera ordenada y sin agresiones fisicas. La información previa sobre el juego en el Alouatta palliata es dispersa y escasa, especialmente en adultos, y el conocimiento sobre las relaciones entre las estrategias de forrdjeo y el juego son inexistentes no sólo en esta especie de primate, sino en muchas otras. Por lo tanto, consideramos que este trabajo sobre el juego y la ecología puede servir de base a futuros estudios donde se profundicen los resultados e hipótesis planteados aquí. La disponibilidad de alimento es un concepto relativo mientras no se llegue a límites extremos de restricción de alimento. Es decir, lugares grandes tienen gran oferta de alimento, pero los desplazamientos son largos; y lugares pequeños tienen menos oferta, pero la energía necesaria para alcanzarlos es menor. Por otro lado, grupos aislados pueden tener la ventaja de no competir por el alimento con otros grupos. El comportamiento alimentario observado no parece responder a las teorías del forraje0 óptimo, puesto que la motivación de un animal para alcanzar un recurso determinado puede estar basada en favores como la preferencia, el carácter o el azar. Si añadimos a esta relatividad del comportamiento alimentario, el hecho de que en situaciones de necesidad, los aulladores pueden consumir formas de vida vegetal nuevas así como ampliar los nichos de alimentación, es dificil determinar en que punto los aulladores se encontrarían en condiciones ecológicas límite. Los grupos de monos estudiados no tienen una restricción de comida tal que se vea reflejada en la cantidad de julego desarrollado para ninguno de sus representantes sociales. Los tres grupos de aulladores se adaptan de formas diferentes al hábitat del que disponen, todas compatibles con un modo de vida adecuado. Por lo tanto, es difícil establecer empíricamente que constituiría un habitat "normal" para un grupo de aulladores, más bien defendemos la existencia de un margen de posibilidades ecológicas. En todo caso, el estudio del juego social nos ha servido para confirmar que en ninguno I de los lugares de estudio los grupos de aulladores están en una situación límite de falta de alimento. Por lo tanto, proponemos una consideración especial para el juego al realizar estudios sobre el estado l ecológico de las poblaciones de aulladores silvestres. Continua siendo prudente argumentar que no existe una función definitiva para el juego, mas bien parece que se juega por el hecho de jugar. Aún así, considerando la multifuncionalidad del juego y algunas sugerencias de los resultados obtenidos, queremos plantear la posibilidad de que el juego pueda tener diferentes funciones dependiendo de las condiciones socioecológicas (con quien y en que contexto se juegue) conservando su estructura general, tiempo y frecuencia. Tal vez, la manera en la que podríamos determinar cual es la función del juego en cada situación, sería mediante una metodología detallada de todos los matices estructurales e intensidades de este comportamiento, así como el contexto en el que sucede. De lo contrario, habríamos de concluir que la función del juego no se puede determinar mediante la observación directa, ya que su función depende de la motivación interna de los jugadores en cada situación, sin que cambie la forma externa de este comportamiento. Tal vez, por este mismo hecho, es tan dificil determinar una función específica en el juego. En cualquier caso, teniendo en cuenta los problemas teóricos y metodológicos del juego en aulladores, futuros estudios revelarán si es posible determinar empíricamente las funciones del juego en cada contexto social y ecológico. |
Efecto del uso de hábitat y la socialidad sobre las parasitosis gastrointestinales de monos aulladores (Alouatta palliata y Alouatta pigra) en Tabasco Autores:Milagros González Hernández Directores:Pedro Américo Duarte Dias ,Dora Romero Salas Grado académico: Doctorado Resumen Tesis completa Resumen: Un gran número de modelos epidemiológicos, apoyados por estudios empíricos y comparativos, señalan fuertes lazos entre la densidad poblacional del hospedero o el tamaño grupal y la dispersión y diversidad de parásitos de transmisión directa. Esto se puede deber a que, a mayor densidad o tamaño grupal, aumenten la tasa de contacto entre individuos, así como la probabilidad de contacto con substratos contaminados con estadíos infecciosos. Sin embargo, hay discordancias entre diferentes estudios en primates incluyendo Alouatta spp. Se estudiaron dos grupos de A. palliata y dos de A. pigra que residen en un fragmento perturbado (18.59 ha) en Macuspana, Tabasco, de febrero a junio del 2010. Se registró la conducta y uso del espacio siguiendo el método de muestreo animal-focal por 80 horas de observación por tropa. El uso del espacio se describió en términos del área de uso (mínimo polígono convexo), intensidad de uso (índice de defendibilidad) y distancia recorrida por focal (promedio por individuo, mts/hr) y se calculó el tamaño relativo de la zona de traslape (range overlap) de las áreas de uso. Se registro la frecuencia de contacto entre individuos adultos con un muestreo de todas las ocurrencias. El microclima se registró con un higrómetro y termómetro portátil, en puntos distribuidos al azar dentro de las áreas usadas. Se colectaron 211 muestras fecales de los 35 individuos adultos y se analizaron con las técnicas de flotación con solución de Cloruro de sodio, tinción de Kinyoun a improntas de heces y conteo en cámara de McMaster. Las infecciones parasitarias se describieron en términos de prevalencia, riqueza parasitaria total, carga parasitaria media y frecuencia de infecciones múltiples. Aunque el tamaño de las áreas utilizadas fue mayor en A. palliata que en A. pigra, no existieron diferencias significativas entre tropas; el D index siguió la misma tendencia. De forma similar, no hubo diferencias en las distancias recorridas por focal, ni para el Ro. Las cuatro tropas utilizaron 217 cuadrantes. A mayor tamaño de grupo, se observó un incremento en el número de cuadrantes utilizados. El número total de cuadrantes fue menor en A. pigra que A. palliata. En cuanto a la intensidad de uso se observó la tendencia opuesta, A. pigra utilizó su hábitat más intensamente que A. palliata. La frecuencia de contacto fue mayor en los individuos de A. pigra que de A. palliata. No se encontraron diferencias en la temperatura ambiental en las áreas utilizadas por las tropas. Para la humedad relativa, solo una tropa (Pigra 6) ocupó un área con humedad significativamente más baja. La prevalencia de Trypanoxyuris sp. fue alta (?75%) y no existieron diferencias entre tropas. En cambio, las cargas parasitarias medias fueron mayores en los individuos de A. palliata que en los individuos de A. pigra. Conclusión: No se distingue de manera clara un efecto de las variables ecológicas, sociales y abióticas estudiadas sobre las parasitosis gastrointestinales de los monos aulladores. Se encontró un efecto positivo del tamaño grupal sobre la carga parasitaria media de Trypanoxyuris sp. La ausencia de una relación entre la frecuencia de contacto y las infecciones parasitarias sugiere que el riesgo de encuentro y contacto con ítems contaminados en el medio aumenta a mayor tamaño grupal, resultando en infecciones parasitarias más intensas. |